8 de Mayo: Los Milagros de Nuestra Señora de Luján (1630).

8 de Mayo: Los Milagros de Nuestra Señora de Luján (1630)

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8 de Mayo – 19 y 29 de Septiembre: Las Apariciones de San Miguel Arcángel (490, 492 y 493).

8 de Mayo – 19 y 29 de Septiembre: Las Apariciones de San Miguel Arcángel (490, 492 y 493)

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Mi Libro de Oraciones Corregido – Horas de Reparación y Desagravio.

Mi Libro de Oraciones Corregido – Horas de Reparación y Desagravio.

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Día 7: Consagración a la Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad para culminar el 31 de Mayo.

De los Escritos de Luisa Picarreta:
«La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad.»

7° día

Toma el Cetro de Mando y la Trinidad Sacrosanta
la Constituye como Su Secretaria.

El alma a la Divina Secretaria:

Reina Mamá, heme aquí a tus pies postrada, siento que yo, como hija tuya, no sé estar sin mi Mamá celestial, y si bien hoy vienes a mí con la Gloria del Cetro de Mando y con la Corona de Reina, también eres siempre mi Mamá, y si bien temblando, me arrojo en tus brazos a fin de que me sanes las heridas que mi mala voluntad ha hecho a mi pobre alma. Escucha, Mamá Soberana, si tú no haces un prodigio, si no tomas el Cetro de Mando para guiarme y tener tu dominio sobre todos mis actos para hacer que mi querer no tenga vida, ¡ah!, no tendré la bella suerte de venir al Reino de la Divina Voluntad.

Lección de la Reina del Cielo

Hija mía querida, ven a los brazos de tu Mamá y pon atención a escucharme, y oirás los inauditos Prodigios que el Fiat Divino hizo a tu Mamá celestial.

En cuanto tomé Posesión del Reino de la Divina Voluntad, terminaron Sus Pasos en mí, mucho más que estos seis pasos simbolizaban los seis días de la Creación, y en cada día de los cuales, pronunciando un Fiat, hacía como un paso, al pasar a crear ahora una cosa y ahora otra, el sexto día hizo el último paso con decir: “Fiat, hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.”Y el séptimo se reposó en Sus Obras, como queriéndose gozar todo aquello que con tanta magnificencia había creado. Y en Su Reposo, observando Sus Obras decía: “Cómo son bellas Mis Obras, todo es orden y armonía.”Y viendo al hombre, en el ímpetu de Su Amor agregaba: “Pero el más bello eres tú, tú eres la corona de todas nuestras obras.”

Ahora, mi creación superó todos los prodigios de la Creación, y por eso la Divinidad quiso hacer con Su Fiat seis Pasos en mí, y comenzó Su Vida plena, entera y perfecta en mi Alma, y ¡oh!, en qué Alturas Divinas fui puesta por el Altísimo, los Cielos no podían ni alcanzarme, ni contenerme, la luz del sol era pequeña ante mi Luz, ninguna cosa creada podía alcanzarme. Yo navegaba los Mares Divinos como si fueran míos, mi Padre Celestial, el Hijo y el Espíritu Santo suspiraban tenerme en Sus Brazos para gozarse a Su pequeña hija, y, ¡oh!, el contento que experimentaban al sentir cómo los amaba, les rogaba y adoraba Su Alteza Suprema, mi amor, mis plegarias y adoraciones salían de dentro de mi Alma, del centro de la Divina Voluntad, sentían salir de mí olas de Amor Divino, castos perfumes, alegrías insólitas que partían de dentro del Cielo que Su mismo Querer Divino había formado en mi pequeñez, tanto, que no terminaban de repetir: “Toda Bella, toda Pura, toda Santa es Nuestra pequeña hija, sus palabras son cadenas que Nos acercan, sus miradas son dardos que Nos hieren, sus latidos son flechas que flechándonos Nos hacen delirar de Amor.” Sentían salir de mí la Potencia, la Fuerza de Su Divina Voluntad que nos hacía inseparables, y me llamaban: “Nuestra hija invencible que llevará victoria también a Nuestro Ser Divino.”

Ahora escúchame, hija mía, la Divinidad llevada por un exceso de Amor hacia mí, me dijo: “Hija Nuestra amada, Nuestro Amor no rige, se siente sofocado si no te confiamos Nuestros Secretos, por eso te elegimos como nuestra fiel Secretaria. A ti queremos confiar Nuestros Dolores y Nuestros Decretos, a cualquier costo queremos salvar al hombre, mira cómo va al precipicio, su voluntad rebelde lo arrastra continuamente al mal; sin la vida, la fuerza, el sostén de Nuestro Querer Divino se ha desviado del camino de su Creador y camina arrastrándose en la tierra, débil, enfermo y lleno de todos los vicios, pero no hay posibilidades de salvarlo, ni otras maneras para que salga, sino que descienda el Verbo Eterno, tomar sus despojos, sus miserias, sus pecados sobre Sí, hermanarse con él, vencerlo por camino del amor y de penas inauditas, darle tanta confianza para poder ponerlo nuevamente en Nuestros Brazos Paternos. ¡Oh!, cómo nos duele la suerte del hombre, Nuestro dolor es grande, no podíamos confiarlo a ninguno, porque no teniendo una Voluntad Divina que los domine, no podían jamás comprender ni Nuestro dolor, ni los graves males del hombre caído en el pecado. A ti es dado, porque posees Nuestro Fiat, el poderlo comprender, y por eso como a Secretaria Nuestra queremos revelarte Nuestros Secretos y poner en tus manos el Cetro de Mando a fin de que domines e imperes sobre todo, y tu dominio venza a Dios y al hombre, y Nos los lleves como hijos regenerados en tu Materno Corazón.”

¿Quién puede decirte, hija mía querida, qué sintió mi Corazón con este Hablar Divino? Se abrió en mí una vena de intenso dolor y me propuse, aun a costo de mi vida vencer a Dios y a las criaturas, y unirlas.

Ahora, hija mía, escucha a tu Mamá, te he visto sorprendida al oírme narrar la historia de la Posesión en el Reino de la Divina Voluntad, ahora debes saber que también a ti es dada esta suerte, si te decides a no hacer jamás tu voluntad, el Querer Divino formará Su Cielo en tu alma, sentirás la inseparabilidad Divina, te será dado el cetro de mando sobre ti misma, sobre tus pasiones, no serás más esclava de ti misma, porque sólo la voluntad humana pone en esclavitud a la pobre criatura, les corta las alas del amor hacia Aquél que la ha creado, le quita la fuerza, el sostén y la confianza de lanzarse a los Brazos de su Padre Celestial, de modo que no puede conocer ni Sus Secretos, ni el Amor grande con el que la ama, y por eso vive como extraña de la Casa de su Padre Divino. Qué lejanía pone entre Creador y criatura el humano querer, por eso escúchame, conténtame, dime que no darás más vida a tu voluntad, y yo te llenaré toda de Voluntad Divina.

El alma:

Mamá Santa, ayúdame, ¿no ves cómo soy débil? Tus bellas Lecciones me conmueven hasta las lágrimas, y lloro mi gran desventura de haber tantas veces caído en el laberinto de hacer mi voluntad, y me ha alejado de aquella de mi Creador. ¡Ah!, hazme de Mamá, no me dejes conmigo misma, con tu Potencia une el Querer Divino al mío, enciérrame en tu Corazón Materno donde estaré segura de no hacer jamás mi voluntad.

Florecita: Hoy para honrarme, te estarás bajo mi Manto para enseñarte a vivir bajo mis miradas, y recitándome tres Aves Marías, me rogarás que yo haga conocer a todos la Divina Voluntad.

Jaculatoria: Mamá Santa, enciérrame en tu Corazón a fin de que aprenda de ti a vivir de Voluntad Divina.

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Sigue Día 8


Fuente:
Luisa Picarreta, La Reuna del Cielo.
Luisa Picarreta, Libro de Oraciones en la Divina Voluntad.

Oraciones Para la Semana, por Luisa Picarreta:
https://aparicionesdejesusymaria.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/02/oraciones-para-la-semana-1.pdf

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Día 6: Consagración a la Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad para culminar el 31 de Mayo.

De los Escritos de Luisa Picarreta:
«La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad.»

6° día

El Sexto Paso de la Divina Voluntad en la Reina del Cielo.
Después del Triunfo en la Prueba, la Posesión.

El alma a la Virgen:

Mamá Reina, veo que me esperas de nuevo, y extendiéndome la mano me pones sobre tus rodillas, me estrechas a tu Corazón para hacerme sentir la vida de aquel Fiat Divino que tú posees. ¡Oh, cómo es reconfortante su calor, y como es penetrante su luz! ¡Ah!, Mamá santa, si tanto me amas, arroja el pequeño átomo de mi alma en aquel Sol de la Divina Voluntad que tú escondes, a fin de que también yo pueda decir: “Mi voluntad ha terminado, no tendrá más vida, sino que mi vida será la Divina Voluntad.”

Lección de la Reina del Cielo:

Hija queridísima, confía en tu Mamá y pon atención a mis Lecciones, ellas te servirán para hacerte aborrecer tu voluntad y hacerte desear en ti aquel Fiat Santo, que tanto anhelo formar Su Vida en ti.

Hija mía, tú debes saber que la Divinidad después de que se aseguró de mí en la Prueba que quiso, mientras todos creen que yo no tuve ninguna prueba y que bastaba a Dios hacer el gran portento que hizo de mí, que fuera Concebida sin mancha original, ¡oh!, cómo se engañan; antes bien quiso de mí una prueba que no ha pedido a ninguno, y esto lo hizo con Justicia y con suma Sabiduría, porque debiendo descender en mí el Verbo Eterno, no sólo no era decoroso que encontrara en mí la mancha de origen, sino que ni siquiera era decoroso que encontrara en mí una voluntad humana obrante; habría sido muy indecoroso para Dios descender en una criatura en que reinase la voluntad humana. Es por esto que quiso de mí, por prueba y por toda la vida, mi voluntad, para asegurar en mi Alma el Reino de la Divina Voluntad. Asegurado éste en mí, Dios podía hacer lo que quería de mí, todo podía darme, y puedo decir que nada me podía negar. Pero ahora regresemos al punto donde nos hemos quedado, me reservaré en el curso de mis Lecciones el narrarte lo que hizo esta Divina Voluntad en mí.

Ahora escucha, hija mía, después del Triunfo en la Prueba el Fiat Divino hizo el Sexto Paso en mi Alma, haciéndome tomar Posesión de todas las Propiedades Divinas, por cuanto a criatura es posible e imaginable. Todo era mío, Cielo, tierra, y el mismo Dios, del Cual poseía la misma Voluntad de Ellos, yo me sentía poseedora de la Santidad Divina, del Amor, de la Belleza, Potencia, Sabiduría y Bondad Divinas, me sentía Reina de todo, no me sentía extraña en la Casa de mi Padre celestial, sentía a lo vivo Su Paternidad y la suprema felicidad de ser Su hija fiel, puedo decir que crecí sobre las rodillas paternas de Dios, no conocí otro Amor, ni otra Ciencia, sino aquella que me suministraba mi Creador. ¿Quién puede decirte lo que hizo esta Divina Voluntad en mí? Me elevó tan en alto, me embelleció tanto, tanto, que los mismos Ángeles quedaron mudos, no sabiendo por dónde comenzar a hablar de mí.

Ahora, hija mía queridísima, tú debes saber que en cuanto el Fiat Divino me hizo tomar posesión de todo, me sentí poseedora de todo y de todos, la Divina Voluntad con Su Potencia, Inmensidad y Omnividencia encerraba en mi Alma a todas las criaturas, y yo sentía un pequeño lugar en mi Corazón Materno para cada una de ellas. Desde que fui Concebida yo te llevé en mi Corazón, y ¡oh!, cuánto te amé y te amo, te amé tanto que te hice de Madre ante Dios, mis oraciones, mis suspiros eran para ti, y en el delirio de Madre decía: “¡Oh!, cómo quisiera ver a mi hija poseedora de todo, como lo soy yo.” Por eso escucha a tu Mamá, no quieras reconocer más tu voluntad humana, si esto haces todo será común entre yo y tú, habrá una Fuerza Divina en tu poder, todas las cosas se convertirán en Santidad, Amor y Belleza Divinas. Y yo en el desahogo de mi Amor, así como me alabó el Altísimo: “Toda Bella, toda Santa, toda pura eres tú, ¡oh!, María.” Diré: “Bella, pura y santa es mi hija, porque posee la Voluntad Divina.”

El alma:

Reina del Cielo, también yo te saludo: “Toda Bella, Pura y Santa es mi Mamá celestial.” ¡Ah!, te ruego, si tienes un lugar para mí en tu Materno Corazón, enciérrame en él y así estaré segura que no haré más mi voluntad, sino siempre la de Dios, y la Mamá y la hija serán felices las dos.

Florecita: Hoy para honrarme recitarás por tres veces tres Gloria Patri, en agradecimiento a la Santísima Trinidad por el Reino que estableció en mí de la Divina Voluntad, dándome la Posesión de todo, y haciendo tuyas las palabras del Ser Supremo, en cada Gloria me dirás: “Toda Bella, Pura y Santa es mi Mamá.”

Jaculatoria: Reina del Cielo, hazme poseer por la Voluntad Divina.

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Sigue Día 7


Fuente:
Luisa Picarreta, La Reuna del Cielo.
Luisa Picarreta, Libro de Oraciones en la Divina Voluntad.

Oraciones Para la Semana, por Luisa Picarreta:
https://aparicionesdejesusymaria.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/02/oraciones-para-la-semana-1.pdf

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6 de Mayo: Comienza la Preparación de 33 días según San Luis Mª Grignion de Montfort para la Consagración Total al Inmaculado Corazón de María en su Fiesta.

Preparación de 33 días para la Consagración Total a María según San Luis Mª Grignion de Montfort.

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Día 5: Consagración a la Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad para culminar el 31 de Mayo.

De los Escritos de Luisa Picarreta:
«La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad.»

5° día

 El Quinto Paso de la Divina Voluntad en la
Reina del Cielo. El Triunfo sobre la Prueba.

El alma a la Virgen:

Soberana celestial, veo que me tiendes los brazos para ponerme sobre tus rodillas maternas, y yo corro, casi vuelo, para gozarme los castos abrazos, las celestes sonrisas de mi Mamá celestial. Mamá santa, tu aspecto hoy es de triunfadora, y en aire de triunfo quieres narrarme el Triunfo de tu Prueba. ¡Ah!, sí, de buena gana te escucharé, y te ruego que me des la gracia de saber triunfar en las pruebas que el Señor disponga de mí.

Lección de la Reina del Cielo:

Hija queridísima, ¡oh!, cómo suspiro por confiar mis secretos a mi hija. Secretos que me darán tanta Gloria y que Glorificarán aquel Fiat Divino que fue causa primaria de mi Inmaculada Concepción, de mi Santidad, Soberanía y Maternidad, todo Le debo al Fiat Divino, Yo no conozco otra cosa, todas mis sublimes prerrogativas por las que la Santa Iglesia tanto me honra, no son otra cosa que los efectos de aquella Divina Voluntad que me dominaba, reinaba y vivía en mí. Por eso suspiro tanto que se conozca quién era Aquella que producía en mí tantos privilegios y efectos admirables que dejaron estupefactos Cielo y tierra.

Ahora escúchame, hija querida, en cuanto el Ser Supremo me pidió mi querer humano, y habiendo comprendido el grave mal que puede hacer la voluntad humana en la criatura, y cómo ella pone en peligro todo, incluso las obras más bellas de su Creador; cómo la criatura con su querer humano, toda es oscilaciones, es débil, inconstante, desordenada, y esto porque Dios al crearla la había creado unida, como en naturaleza, con Su Voluntad Divina, de modo que Ella debía ser la fuerza, el movimiento primario, el sostén, el alimento, la vida de la voluntad humana, así que con no dar vida a la Voluntad Divina en la nuestra, se rechazan los Bienes recibidos de Dios en la Creación y los derechos recibidos en naturaleza en el acto en que fuimos creados; ¡oh, cómo comprendí bien la grave ofensa que se hace a Dios y los males que llueven sobre la criatura! Así que tuve horror y miedo de hacer mi voluntad, y justamente temía, porque también Adán fue creado por Dios, inocente, y con hacer su voluntad, ¿en cuántos males no se arrojó él y a todas las generaciones?

Por eso tu Mamá presa de terror, y más por el amor hacia mi Creador, juré no hacer jamás mi voluntad, y para estar más segura y testificar mayormente mi sacrificio a Aquél que tantos Mares me había dado de Gracias y Privilegios, tomé esta mi voluntad humana y la até a los pies del Trono Divino en homenaje continuo de amor y de sacrificio, jurando no servirme jamás, aun por un solo instante de mi vida, de mi voluntad, sino siempre de la de Dios.

Hija mía, tal vez a ti no te parezca grande mi sacrificio de vivir sin mi voluntad, pero yo te digo que no hay sacrificio semejante al mío, más bien, todos los otros sacrificios de toda la historia del mundo se pueden llamar sombras comparados al mío; sacrificarse un día, ahora sí y ahora no, es fácil, pero sacrificarse en cada instante, en cada acto, en el mismo bien que se quiere hacer, por toda la vida, sin jamás dar vida a la propia voluntad, es el sacrificio de los sacrificios y el testimonio más grande que puede ofrecerse, y el amor más puro, cribado por la misma Voluntad Divina, que puede ofrecerse a nuestro Creador. Es tan grande este sacrificio, que Dios no puede pedir nada más de la criatura, ni ella puede encontrar cómo puede sacrificarse más por su Creador.

Ahora, hija mía amadísima, en cuanto hice don de mi voluntad a mi Creador, yo me sentí Triunfadora en la Prueba querida para mí, y Dios se sintió Triunfador sobre mi voluntad humana. Dios esperaba mi prueba, esto es, un alma que viviera sin voluntad para ajustar las partidas con el género humano, para ponerse en actitud de Clemencia y Misericordia. Por eso te espero de nuevo para narrarte la historia de lo que hizo la Divina Voluntad después del Triunfo en la Prueba.

Y ahora una palabrita para ti, hija mía, si tú supieras cómo suspiro verte vivir sin tu voluntad, tú sabes que soy tu Madre, y la Mamá quiere ver feliz a su hija, pero ¿cómo puedes ser feliz si no te decides a vivir sin voluntad como vivió tu Mamá? Si lo haces así todo te daré, me pondré a tu disposición, seré toda de mi hija, porque tendré el bien, el contento, la felicidad de tener una hija que viva toda de Voluntad Divina.

El alma:

Soberana triunfadora, en tus manos de Madre pongo mi voluntad, a fin de que tú misma como Mamá me la purifiques y embellezcas, y junto con la tuya la ates a los pies del Trono Divino para que pueda vivir no con mi voluntad, sino siempre, siempre con la de Dios.

Florecita: Hoy para honrarme, en cada acto que hagas, me entregarás en mis manos maternas tu voluntad y me rogarás que, en lugar de la tuya, yo haga correr la Divina Voluntad.

Jaculatoria: Reina triunfante, róbame mi voluntad y dame la Divina Voluntad.

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Sigue Día 6


Fuente:
Luisa Picarreta, La Reuna del Cielo.
Luisa Picarreta, Libro de Oraciones en la Divina Voluntad.

Oraciones Para la Semana, por Luisa Picarreta:
https://aparicionesdejesusymaria.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/02/oraciones-para-la-semana-1.pdf

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5 de Mayo: Milagro Eucarístico de Chirattakonam-Kerala, India (2001).

5 de Mayo: Milagro Eucarístico de Chirattakonam-Kerala, India (2001)

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5 de Mayo: Comienza la Consagración al Sagrado Corazón de Jesús en 33 Días para culminar el 7 de Junio.

5 de Mayo: Comienza la Consagración al Sagrado Corazón de Jesús en 33 Días para culminar el 7 de Junio.

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Día 4: Consagración a la Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad para culminar el 31 de Mayo.

De los Escritos de Luisa Picarreta:
«La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad.»

4° día

El Cuarto Paso de la Divina Voluntad en
la Reina del Cielo. La prueba.

El alma a la Virgen:

Heme aquí de nuevo sobre las rodillas maternas de mi Mamá celestial. El corazón me late fuerte, fuerte, deliro de amor por el deseo de escuchar tus bellas Lecciones; por eso, dame la mano y estréchame en tus brazos. En tus brazos paso momentos de paraíso, me siento feliz; ¡oh!, cómo suspiro por escuchar tu Voz, una nueva vida me desciende al corazón, por eso háblame y yo te prometo poner en práctica tus santas enseñanzas.

Lecciones de la Reina del Cielo:

Hija mía, si tú supieras cuánto deseo tenerte estrechada entre mis brazos, apoyada sobre mi Corazón Materno para hacerte escuchar los Arcanos Celestiales del Fiat Divino. Y si tú tanto suspiras el escucharme, son mis suspiros que hacen eco en tu corazón, es tu Mamá que quiere a su hija, que quiere confiarte sus secretos y narrarte la historia de lo que obró en mí la Divina Voluntad.

Hija de mi Corazón, préstame atención, es mi Corazón de Madre que quiere desahogarse con su hija, quiero decirte mis secretos, que hasta ahora no han sido revelados a ninguno, porque aún no había sonado la Hora de Dios, que queriendo prodigar a Sus criaturas Gracias sorprendentes, que en toda la historia del mundo no ha concedido, quiere hacer conocer los Prodigios del Fiat Divino, lo que puede obrar en la criatura si se deja dominar, y por eso quiere ponerme a la vista de todos como Modelo, porque tuve el gran honor de formar mi vida toda de Voluntad Divina.

Ahora debes saber, hija mía, que en cuanto fui Concebida y puse en Fiesta a la Divinidad, Cielo y tierra me festejaron y me reconocieron como su Reina. Yo quedé de tal manera unificada con mi Creador, que me sentía en los Dominios Divinos como dueña, yo no sabía qué cosa fuera separación con mi Creador, aquel mismo Querer Divino que reinaba en mí reinaba en Ellos y nos hacía inseparables. Y mientras todo era Sonrisa y Fiesta entre Ellos y yo, yo veía que no se podían confiar de mí si no tenían una prueba. Hija mía, la prueba es la bandera que dice victoria, la prueba pone al seguro todos los Bienes que Dios nos quiere dar, la prueba madura y dispone al alma para adquirir grandes conquistas, y también yo veía la necesidad de esta prueba, porque quería dar a mi Creador, como correspondencia de tantos Mares de Gracias que me había dado, un acto de mi fidelidad, que me costase el sacrificio de toda mi vida. Cómo es bello poder decir: “Me has amado y te he amado.” Pero sin la prueba esto no puede decirse jamás.

Entonces, hija mía, el Fiat Divino me hizo conocer la Creación del hombre inocente y santo, también para él todo era felicidad, tenía el dominio sobre toda la Creación y todos los elementos eran obedientes a sus indicaciones porque en Adán reinaba el Querer Divino, y en virtud de Él también él era inseparable de su Creador; de los tantos bienes que Dios le había dado, para tener un acto de fidelidad de Adán, le mandó que no tocara un solo fruto de los tantos que había en aquel edén terrenal, era la prueba que Dios quería para confirmar su inocencia, santidad y felicidad, y para darle el derecho de mando sobre toda la Creación. Pero Adán no fue fiel a la prueba, y no siendo fiel, Dios no se pudo fiar de él y por eso perdió el dominio, la inocencia, la felicidad, se puede decir que puso de cabeza la obra de la Creación.

Ahora escucha, hija de mi Corazón, al conocer los graves males de la voluntad humana en Adán y en toda su descendencia, yo, tu celestial Mamá, si bien apenas recién Concebida, lloré amargamente con Lágrimas ardientes sobre el hombre caído, y el Querer Divino al verme llorar me pidió como prueba que Le cediera mi voluntad humana. El Fiat Divino me dijo: “No te pido un fruto, como a Adán. ¡No, no! Sino que te pido tu voluntad, tú la tendrás como si no la tuvieras bajo el imperio de Mi Querer Divino que te será vida, y así se sentirá seguro de hacer lo que quiera de ti.” Así, el Fiat Supremo hizo el Cuarto Paso en mi alma, pidiéndome por prueba mi voluntad, esperando de mí mi Fiat y la aceptación de tal prueba.

Ahora, mañana te espero de nuevo sobre mis rodillas para narrarte el éxito de la prueba, y como quiero que imites a tu Mamá, te ruego, como Madre, que no niegues jamás nada a tu Dios, aunque fueran sacrificios que te durasen toda la vida. El no apartarte jamás de la prueba que Dios quiere de ti, tu fidelidad, y el llamar los Designios Divinos sobre ti, es el reflejo de Sus Virtudes, que como tantos pinceles forman del alma la Obra maestra del Ser Supremo. Se puede decir que la prueba pone la materia en las Manos Divinas para cumplir Su trabajo en la criatura. Y con quien no es fiel a la prueba, Dios no sabe qué hacer con él, y no sólo eso, sino que trastorna las obras más bellas de Su Creador.

Por eso, mi querida hija, sé atenta, si tú eres fiel en la prueba volverás más feliz a tu Mamá, no me harás estar pensativa, dame tu palabra y yo te guiaré, te sostendré en todo como a hija mía.

El alma:

Mamá santa, conozco bien mi debilidad, pero tu bondad materna me infunde tal confianza que todo espero de ti, y contigo me siento segura; es más, pon en tus manos maternas las mismas pruebas que Dios dispondrá de mí, a fin de que tú me des todas las Gracias para hacer que no arruine los Designios Divinos.

Florecita: Hoy para honrarme vendrás tres veces sobre mis rodillas maternas y me llevarás todas tus penas, de alma y de cuerpo, llevarás todo a tu Mamá y yo te las bendeciré para infundir en ellas la Fuerza, la Luz, la Gracia que se requiere.

Jaculatoria: Mamá celestial, tómame entre tus brazos y escribe en mi corazón: Fiat, Fiat, Fiat.

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Sigue Día 5


Fuente:
Luisa Picarreta, La Reuna del Cielo.
Luisa Picarreta, Libro de Oraciones en la Divina Voluntad.

Oraciones Para la Semana, por Luisa Picarreta:
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