Viernes Santo: Comienza la Novena de la Divina Misericordia.

Coronilla de la Misericordia

Santa Mª Faustina Kowalska, Polonia (1905-1938)

(Se usa el Rosario que tiene 5 Misterios
y 10 cuentas en cada Misterio)

La Señal de la Cruz

† Por la Señal de la Santa Cruz,
† de nuestros enemigos,
† líbranos, Señor, Dios nuestro.

† En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

A las tres de la tarde suplica Mi Misericordia… ÉSTA ES LA HORA DE LA GRAN MISERICORDIA PARA EL MUNDO ENTERO. En esta Hora no negaré nada al alma que Me pida cualquier cosa por los Méritos de Mi Pasión.” [3]

Oración
Falleciste, Jesús, pero el Manantial de la Vida brotó para las almas y se abrió el Océano de Tu Misericordia para el mundo entero. ¡Oh, Fuente de Vida!, Insondable Misericordia de Dios: Envuelve al mundo entero y derrámate sobre nosotros. Amén.

  • Padre Nuestro y Ave María.

El Credo

Creo en Dios, / Padre Todopoderoso, / Creador del Cielo y de la Tierra. / Creo en Jesucristo, Su Único Hijo, nuestro Señor, / que fue concebido por Obra y Gracia del Espíritu Santo, / nació de Santa María Virgen, / padeció bajo el poder de Poncio Pilato, / fue crucificado, muerto y sepultado, / descendió a los infiernos / y al tercer día, resucitó de
entre los muertos; / subió a los Cielos / y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. / Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. / Creo en el Espíritu Santo, / la Santa Iglesia Católica, / la Comunión de los Santos, / el perdón de los pecados, / la resurrección de la carne / y en la vida eterna. / Amén.

En las cuentas grandes del Padre Nuestro:

V:   Padre Eterno, yo Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu muy Amado Hijo y Señor nuestro Jesucristo, como Propiciación por nuestros pecados, y los pecados del mundo entero.

En las cuentas pequeñas se repite DIEZ VECES:

V:    Por Su Dolorosa Pasión.
R:   Ten Misericordia de nosotros y del mundo entero.

(No hay Gloria). 

En las tres últimas cuentas del Rosario se reza TRES VECES:

V:    ¡Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal!
R:   Ten Misericordia de nosotros, y del mundo entero.

Jaculatoria Final

¡Oh!, Sangre y Agua que brotaste
del Sagrado Corazón de Jesús,
como una Fuente inagotable
de Misericordia infinita para nosotros.
¡JESÚS, EN TI CONFÍO!
(TRES VECES)

Oración:
¡Oh, Dios Eterno! Cuya Misericordia es Infinita y cuyos Tesoros de Compasión no tienen límite, míranos con Tu Favor y aumenta Tu Misericordia dentro de nosotros, para que en nuestras grandes ansiedades no desesperemos, sino que siempre, con gran confianza, nos conformemos en todo con Tu Santísima Voluntad, la cual es idéntica con Tu Misericordia. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, Rey de Misericordia, Quien Contigo y con el Espíritu Santo manifiestan Misericordia hacia nosotros por siempre. Amén.

***

¡Jesús Misericordioso, en Ti confío!

Postrado (a) ante Tus Pies humildemente,
vengo a pedirte, Dulce Jesús mío,
poderte repetir constantemente:
¡Sagrado Corazón, en Ti confío!

Si la confianza es prueba de ternura,
esta prueba de amor, darte yo ansío,
aun cuando esté sumido (a) en amargura:
¡Jesús Misericordioso, en Ti confío!

En las horas más tristes de mi vida,
cuando todos me dejen, ¡oh, Dios mío!,
y el alma esté por pruebas combatida:
¡Jesús Misericordioso, en Ti confío!

Aunque sienta venir la desconfianza,
y aunque todos me miren con desvío,
no será confundida mi esperanza:
¡Jesús Misericordioso, en Ti confío!

Si contraje Contigo Santa Alianza
y Te di todo mi amor y mi albedrío,
¿cómo ha de ser frustrada mi esperanza?
¡Jesús Misericordioso, en Ti confío!

Y siento una confianza de tal suerte,
que sin temor a nada, Jesús mío,
espero repetir hasta la muerte:
¡Jesús Misericordioso, en Ti confío!

***

Letanía de la Divina Misericordia

EL AMOR DE DIOS ES LA FLOR.
LA MISERICORDIA, EL FRUTO.
(TRES VECES)

  • Misericordia Divina, Supremo Atributo de Dios.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, Misterio Incomprensible.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, más Sublime que los Cielos.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, que abrazas a todo el universo.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, Insondable para todo entendimiento humano o angélico.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, Fuente que brota de la Santísima Trinidad.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, la cual fluye del Seno del Padre.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, que bajas a la Tierra en la Persona del Verbo Encarnado.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, Médula y Esencia del Corazón de Jesús.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, que mana de la Herida Abierta del Corazón de Jesús.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, que nos das a la Santísima Virgen como Madre de Misericordia.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, Inagotable en la fundación de la Santa Iglesia.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, Infinita en la institución de la Sagrada Hostia.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, presente en el Sacramento del Bautismo.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, de donde brota la vida y la felicidad.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, Autora de milagros y maravillas.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, que nos libras del castigo merecido.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, que nos limpias de la miseria del pecado.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, que nos das la justificación por medio de Jesucristo.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, que nos acompañas a lo largo de la vida.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, única Esperanza de los pecadores.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, que atraes a las almas tibias e indiferentes.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, que nos abrazas especialmente en la hora de la muerte.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, que alivias de las penas a las Almas del Purgatorio.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, que de la nada nos llevas a la Gloria.
       — Yo confío en Ti.
  • Misericordia Divina, que nos das la Vida Eterna.
       — Yo confío en Ti.

V:    Las Misericordias de Dios son más grandes que todas Sus Obras. (Cf. Eclo. 18, 5).
R:   Por eso cantaré eternamente Sus Misericordias. Cf. Sal. 89 (88), 2.

Oración:
¡Oh, Benignísimo Dios! Padre de Misericordia y Señor de todo Consuelo, que no deseas la condenación de aquél que cree y confía en Ti. Míranos, Te suplicamos, según la abundancia de Tu Amor y prolonga el tiempo de Tu Misericordia para que, aún en las tribulaciones más grandes de nuestra vida, cumplamos siempre y fielmente con Tu Santísima Voluntad, la cual es la Misericordia misma. Te lo pedimos por Tu Hijo y Señor nuestro, Jesucristo, Quien Contigo Vive y Reina por eternidad de eternidades. Amén.

***

Novena de la Divina  Misericordia

Santa Mª Faustina Kowalska, Polonia (1905-1938)

“Deseo que, durante estos nueve días, encamines almas hasta el Manantial de Mi Misericordia, para que encuentren allí la Fortaleza, el Refugio, y todas aquellas Gracias que necesitan en las penalidades de la vida, especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a Mi Corazón un grupo de almas diferentes y las sumergirás en el Océano de Mi Misericordia, y Yo conduciré todas esas almas a la Mansión de Mi Padre… Todos los días implorarás a Mi Padre Gracias para esas almas, en atención a los Méritos de Mi Amarga Pasión.”

DÍA PRIMERO
(Viernes Santo)

“Hoy, tráeme a todo el género humano, especialmente a los pecadores y sumérgelos en el Océano de Mi Misericordia. De esta forma, Me consolarás de la honda pesadumbre en que Me sume la pérdida de las almas.”

Jesús Misericordioso, Tú que tienes el atributo de sentir Compasión por nosotros, pecadores, y de perdonarnos, no mires nuestras miserias, sino la confianza que depositamos en Tu Bondad Infinita. Acógenos en la Morada de Tu Sagrado Corazón y no permitas que salgamos jamás de Él. Te lo pedimos, por el Amor que Te une al Padre y al Espíritu Santo.

Padre Eterno, vuelve Tu Compasiva Mirada hacia todo el género humano y, en especial, hacia los más pecadores recogidos en el Corazón de Jesús. Y por los Méritos de Su Dolorosa Pasión, muéstranos Tu Mise-ricordia para que la alabemos, por los siglos de los siglos.  Amén. [1]

  • La Novena concluye con el Rosario de la Misericordia y las Letanías.

***

DÍA SEGUNDO
(Sábado Santo)

“Hoy, tráeme las almas de los sacerdotes y consagrados y sumérgelas en Mi Misericordia Insondable. Fueron ellos, los que Me dieron Fortaleza para soportar hasta el final las Amarguras de Mi Pasión. A través de ellos, como canales, Mi Misericordia fluye hasta los hombres.”

Jesús Misericordioso, de Quien procede toda Bondad, multiplica Tus Dones sobre las almas Consagradas a Tu servicio para que puedan hacer obras de misericordia dignas, para que todos aquellos que las vean glorifiquen al Padre de Misericordia que está en el Cielo.

Padre Eterno, vuelve Tu Mirada Compasiva hacia el grupo elegido de Tu Viña: Sacerdotes, Religiosos y Consagrados; dótales con toda clase de Bendiciones. Y por el Amor del Corazón de Tu Hijo, al Cual están unidos, impárteles Tu Fortaleza y Tu Luz, para que guíen a Tu pueblo por el camino de la salvación y, a una sola voz, canten alabanzas a Tu Misericordia, por los siglos de los siglos. Amén.

  • La Novena concluye con el Rosario de la Misericordia y las Letanías.

***

DÍA TERCERO
(Domingo de Resurrección)

“Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el Océano de Mi Misericordia. Ellas Me confortaron a lo largo del Vía Crucis. Fueron gota de consuelo en un mar de amargura.”

Piadosísimo Jesús, del Tesoro de Tu Gracia, distribuye Tu Misericordia a raudales entre todos y cada uno de Tus fieles devotos. Acógelos para siempre en el Seno de Tu Corazón Compasivo. Te imploramos esta Gracia, en virtud del Amor con el que Tu Corazón arde tan fervorosamente por el Padre Celestial.

Padre Eterno, vuelve Tu Mirada amorosa hacia las almas fieles, pues ellas guardan el legado de Tu Hijo. Y por los Méritos y Dolores de Su Pasión, concédeles Tu Bendición, y tenlos siempre bajo Tu Tutela. Que nunca desistan en su amor o pierdan el tesoro de la Fe, sino que con todo el ejército de Ángeles y Santos, glorifiquen Tu Infinita Misericordia, por los siglos de los siglos. Amén.

  • La Novena concluye con el Rosario de la Misericordia y las Letanías.

***

DÍA CUARTO
(1º Lunes de Pascua)

“Hoy, tráeme a los que no creen en Mí, y a los que todavía no Me conocen. Pensaba en ellos durante las Angustias de Mi Pasión, y su futuro fervor servía de consuelo a Mi Corazón. Sumérgelos en el Océano de Mi Misericordia.”

Piadosísimo Jesús, Tú que eres la Luz y el Camino, recibe en la Morada de Tu Corazón, lleno de Compasión, a las almas de aquellos que todavía no creen en Ti, y a los que no Te conocen. Que la Luz de Tu Gracia los inunde para que ellos también, unidos a nosotros, ensalcen Tu maravillosa Misericordia; y no los dejes salir de la Morada de Tu Corazón desbordante de Consuelo.

Padre Eterno, vuelve Tu Piadosa Mirada a las almas de todos aquellos que no creen en Tu Hijo o que todavía no Le conocen. Aproxímalos a la Luz del Evangelio. Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte, desde el Corazón de Jesús. Concédeles que también ellos ensalcen la Generosidad de Tu Misericordia, por los siglos de los siglos. Amén.

  • La Novena concluye con el Rosario de la Misericordia y las Letanías.

***

DÍA QUINTO
(1º Martes de Pascua)

“Hoy, tráeme a las almas de quienes se han separado de la Iglesia y sumérgelas en el Océano de Mi Misericordia. Durante las angustias de Mi Pasión, desgarraron Mi Cuerpo y Mi Corazón; es decir, Mi Iglesia. A medida que se reincorporan a ella, Mis Heridas cicatrizan, de esta forma sirven de bálsamo a Mi Pasión.”

Jesús Misericordioso, que eres la Bondad misma, no niegues Tu Gracia a aquellos que dividen la Iglesia. Recibe en el Seno de Tu Corazón, desbordante de Misericordia, a las almas de nuestros hermanos separados. Encamínalos hacia la unidad de la Iglesia, y no los dejes salir del cobijo de Tu Corazón Compasivo.

Padre Eterno, vuelve Tu Mirada Bondadosa hacia las almas de nuestros hermanos separados, especialmente hacia las de aquellos que se mantienen obstinadamente en el error. Ellos reciben cobijo en el Corazón Misericordioso de Jesús. No mires sus errores, sino el Amor de Tu Hijo y los Dolores de Su Pasión, la cual aceptó y sufrió por su bien. Haz que también ellos glorifiquen Tu Misericordia, por los siglos de los siglos. Amén.

  • La Novena concluye con el Rosario de la Misericordia y las Letanías.

***

DÍA SEXTO
(1º Miércoles de Pascua)

“Hoy, tráeme las almas mansas y humildes, y las de los niños pequeños, y sumérgelas en Mi Misericordia. Son éstas las más preciadas de Mi Corazón; Me proporcionaron Fortaleza durante Mi Amarga Agonía, pues las veía como ángeles terrestres, velando junto a Mis altares. Derramo sobre ellas Gracias torrenciales, porque sólo el alma humilde es capaz de recibir Mi Gracia. Distingo a las almas humildes con Mi Confianza.”

Jesús Misericordioso, Tú que dijiste: ‘Aprended de Mí, que Soy Manso y Humilde de Corazón.’ (Mt. 11, 29). Acoge en el Seno de Tu Corazón, desbordante de Amor, a todas las almas las de los niños y a las de aquellos que se han hecho semejantes a ellos en su humildad y pequeñez. Estas almas son la delicia de las regiones celestiales y las preferidas del Padre Eterno, pues Él se recrea muy particularmente en ellas; son como un ramillete de florecillas que despiden su perfume ante el Trono de Dios, y Lo embriagan con su aroma. Estas almas encuentran abrigo perenne en Tu Piadoso Corazón, ¡oh, Jesús!, y entonan incesante-mente himnos de amor y de gloria.

Padre Eterno, vuelve Tu Mirada llena de Ternura hacia las almas mansas y humildes, y hacia las de los niños pequeños, anidados en el Seno del Corazón de Jesús. Ellas son las que más se asemejan a Tu Hijo. Su fragancia asciende continuamente desde la Tierra hasta alcanzar Tu Trono, Señor. Padre de Suma Bondad y Misericordia, Te suplico, por el Amor que Te inspiran estas almas, y por el gozo que Te pro-porcionan, que las bendigas inmensamente para que, a la par con todo el género humano, entonen las alabanzas que a Tu Misericordia se deben, por los siglos de los siglos. Amén.

  • La Novena concluye con el Rosario de la Misericordia y las Letanías.

 ***

DÍA SÉPTIMO
(1º Jueves de Pascua)

“Hoy, tráeme las almas que veneran y glorifican especialmente Mi Misericordia y sumérgelas en el Océano de Mi Amor. Ellas sienten los Sufrimientos de Mi Pasión, y penetran en Mi Espíritu más que ninguna otra, porque son vivo reflejo de Mi Benigno Corazón. Ellas resplandecerán con un brillo especial en la vida futura. Ninguna sufrirá el tormento del fuego eterno, porque Yo las defenderé con particular empeño a la hora de la muerte.”

Misericordiosísimo Jesús, Tú que eres el Amor mismo, recibe en lo más profundo de Tu Sagrado Corazón las almas de aquellos que de una manera especial alaban y reconocen la grandeza de Tu Misericordia; ellas tienen la Fortaleza del mismo Dios; en medio de las dificultades y aflicciones siguen adelante, confiadas en Tu Misericordia. Y unidas a Ti, ¡oh, Jesús!, llevan sobre sus hombros todo el género humano para que sea acogido por Ti, Rey de Misericordia, antes de que vengas como Justo Juez.

Padre Eterno, vuelve Tu Mirada sobre las almas que alaban y honran el atributo supremo de Tu Corazón Amante: Tu Infinita Misericordia. Estas almas, guarecidas en el Dulce Corazón de Jesús, viven el Evangelio con sus manos rebosantes de obras de misericordia y, desbordantes de alegría, entonan cánticos de alabanza a Ti, Altísimo Señor, exaltando constantemente Tu gran Misericordia. Te suplico, Padre Amado, que les muestres Tu Misericordia, de acuerdo con la esperanza y confianza que en Ti han depositado. Que se cumpla en ellos la promesa hecha por Jesús de que estas almas que veneran Tu Infinita Misericordia, serán asistidas por Ti, particularmente en la hora de la muerte. Y que Jesús mismo las defenderá como a Su propia Gloria.

  • La Novena concluye con el Rosario de la Misericordia y las Letanías.

***

DÍA OCTAVO
(1º Viernes de Pascua)

“Hoy, tráeme las almas que están detenidas en el purgatorio y sumérgelas en las profundidades de Mi Misericordia. Que Mi Sangre, cayendo a chorros, apague las llamas en que se abrasan. Todas estas almas Me son muy queridas. Ellas pagan el castigo que se debe a Mi Justicia. En tu poder está el socorrerlas. Saca todas las indulgencias del Tesoro de Mi Iglesia y ofrécelas por ellas. ¡Oh, si supieras qué tormentos padecen, ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con Mi Justicia!”

Misericordiosísimo Jesús introduzco ahora en la Herida abierta de Tu Santísimo Corazón, a todas las Almas del Purgatorio; Almas que tanto aprecias, no obstante, han de pagar sus culpas. Que el manantial de Sangre y Agua que brota de Tu Corazón Amante, apague las llamas en las cuales se hallan inmersas para su purificación; de modo que también en el Purgatorio Tu Misericordia sea glorificada.

Padre Eterno, mira con Ojos Misericordiosos a las Almas que padecen penas en el Purgatorio, y que Jesús acoge en Su Corazón desbordante de Clemencia. Te suplico, Padre, por la Dolorosa Pasión que Sufrió Tu Hijo, que les concedas la Gracia del descanso eterno; muéstrate Misericordioso con esas Almas que se hallan bajo Tu Justiciera Mirada. No las mires sino sólo través de las Heridas de Jesús, Tu Hijo Bienamado; porque creemos firmemente que Tu Misericordia sobrepasa a Tu Justicia. Amén.

  • La Novena concluye con el Rosario de la Misericordia y las Letanías.

***

DÍA NOVENO
(1º Sábado de Pascua)

“Hoy, tráeme las almas tibias y sumérgelas en las profundidades de Mi Misericordia. Ellas, las que más, laceran Mi Corazón. Por su indiferencia Mi Alma Padeció una terrible nostalgia en el Huerto de los Olivos. Ellas Me hicieron gritar: ‘Padre, si quieres, aparta de Mí este cáliz.’ La última esperanza de salvación para ellas estriba en apelar a Mi Misericordia.”

Piadosísimo Jesús, que eres la Misericordia Misma. Traigo hoy al Seno de Tu Compasivo Corazón a las almas tibias e indiferentes. Que el Amor puro que Te inflama derrita sus fríos corazones, y se encienda en ellos la llama de Tu Amor, de modo que no vuelva el peso de su indiferencia a abrumarte con su carga. ¡Oh! Jesús, todo Compasión, atráelas hacia Ti, para que ardan con santo fervor porque Tu Misericordia todo lo puede.

Padre Eterno, mira con Ojos Compasivos a las almas frías y que, a pesar de todo, Jesús cobija en el Seno de Su Corazón lleno de tolerancia. Padre de Misericordia, Te ruego, por los Sufrimientos que Tu Hijo padeció, y por sus tres largas Horas de Agonía en la Cruz, que ellas también conozcan el mar sin fondo de Tu Inmensa Misericordia. Amén.

  • La Novena concluye con el Rosario de la Misericordia y las Letanías.

***


CONSAGRACIÓN DEL MUNDO
A LA DIVINA MISERICORDIA [2]
Papa Juan Pablo II, Polonia (1920-2005)

Consagración Solemne del Mundo a La Divina Misericordia,
realizada por el Papa San Juan Pablo II,
en el Santuario de la Divina Misericordia,
Cracovia, Polonia, el 17 de Agosto de 2002.

Dios, Padre Misericordioso, que has revelado Tu Amor en Tu Hijo Jesucristo, y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador, Te encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre. Inclínate hacia nosotros, pecadores; sana nuestra debilidad; derrota todo mal; haz que todos los habitantes de la Tierra experimenten Tu Misericordia, para que en Ti, Dios Uno y Trino, encuentren siempre la Fuente de la Esperanza. Padre Eterno, por la Dolorosa Pasión y Resurrección de Tu Hijo, ten Misericordia de nosotros, y del mundo entero. Amén.

Bendición
La Bendición de Dios Todopoderoso, † Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y sobre el mundo entero. Amén.

***

Promesas de Jesús de la Misericordia

Santa Mª Faustina Kowalska, Polonia (1905-1938) [4]

  1. “Yo deseo que esta Imagen sea venerada, primero, en la capilla de ustedes, y después en el mundo entero… Prometo que no se perderá el alma que venere esta Imagen. Le prometo ya, desde esta vida, la victoria sobre sus enemigos y particularmente en la hora de la muerte, Yo, el Señor, la defenderé como a Mi propia Gloria.”
  2. “Estos Rayos de Mi Corazón, que significan Sangre y Agua, protegen a las almas de la Ira de Mi Padre… Feliz el que viva bajo Su Sombra, pues la Mano de la Justicia de Dios no le alcanzará”
  3. “A las almas que propaguen Mi Misericordia, Yo las protegeré por toda su vida como una madre a su niño, y en la hora de la muerte, para ellas no seré Juez, sino Redentor. En esa última hora el alma no tiene otra protección que Mi Misericordia. Feliz aquella alma que durante su vida estuvo hundida en Mi Misericordia, pues la Justicia no la alcanzará”
  4. “La humanidad no encontrará paz hasta que se vuelva con confianza a Mi Misericordia… Di a la humanidad sufriente que venga a Mi Misericordioso Corazón y le daré la Paz.”
  5. “Yo deseo que el Primer Domingo después de Pascua Florida sea la Fiesta de La Misericordia.[5]Pide a tu confesor que hable a todo el mundo en ese día de Mi gran Misericordia, que cualquiera que se acerque en ese día a la Fuente de la Vida, obtendrá remisión completa de culpa y pena.”
  6. “Vengo ahora como Rey de Misericordia, antes de venir como Justo Juez, para que no haya ninguno que pueda excusarse en el día del Juicio, que poco a poco se va acercando.”
  7. “Cuando los castigos por los pecados vinieren sobre la Tierra, y cuando tu patria fuere devastada, la única salvación será la Esperanza en Mi Divina Misericordia”.
  8. “Yo di al mundo el Redentor, y tú tienes que hablarle al mundo acerca de Su Gran Misericordia, y prepararlo para Su Segunda Venida. Vendrá, no como Redentor Misericordioso, sino como Justo Juez. Este Día tan terrible vendrá: Será el Día de la Justicia, el Día de la Ira de Dios… Los Ángeles tiemblan al pensar en ese Día… Habla a las almas de la Gran Misericordia de Dios mientras haya tiempo. Si te quedas en silencio ahora, serás responsable de la pérdida de un gran número de almas, en aquel Día terrible. No tengas miedo, y sé fiel hasta el final.”
  9. Visión: Ella vio que el Ángel Ejecutor de la Ira de Dios tenía en sus manos truenos y relámpagos… También vio a la Santísima Trinidad que irradiaba Majestad y Santidad Incomprensibles, y oyó interiormente la Oración: “Padre Eterno, yo Te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Hijo…”. Y, ¡oh, milagro!, el Ángel era impotente contra esta Oración, y no podía ejecutar el justo castigo.”
  10. «Recita sin cesar este Rosario que Yo te he enseñado… Hija Mía, anima a las almas a decir el Rosario que te di. Me llena de alegría conceder todo lo que se Me pide con esta Corona. Cuando los empedernidos pecadores la recen, Yo llenaré sus corazones de Paz, y en la hora de su muerte serán felices… Cuando se dice la Corona en presencia de un moribundo, Yo Me interpongo entre Mi Padre y él, no como Juez, sino como Salvador Compasivo…»

***


[1]  P. Todd Schneider y Marleny Méndez, “La Hora de La Misericorida.”
[2] Tomado de la Homilía de S.S. Juan Pablo II, correspondiente a la Santa Misa de Consagración del Santuario de la Divina Misericordia.
[3] Kowalska, Santa Mª Faustina, (Diario IV, 59).
[4] Desde el año 1931 a 1938 nuestro Señor Jesucristo se le apareció varias veces a Santa Mª Faustina, enseñándole la Devoción a la Divina Misericordia, y ordenándole la propagación de esta Devoción. Ella vio a Jesucristo vestido de blanco, con una mano levantada en ademán de bendecir y la otra señalando Su Pecho. Dos Rayos largos, uno rojo y el otro blanco, salían del Corazón de Jesús.
[5] La Novena comienza el Viernes Santo.


 

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