«La Naturaleza se Rebelará», por Luis Eduardo López Padilla

Publicación autorizada por su autor, Luis Eduardo López Padilla, de algunas partes de su último libro, «TÚ ERES PEDRO.» 
http://www.apocalipsismariano.com/@lopezpadilla7

Del último Capítulo del Libro: Tú eres Pedro. Profecías sobre el Papa, la Iglesia y el Mundo. Escrito por: Luis Eduardo López Padilla

Tú eres Pedro_López Padilla

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Sufrimiento,
Sacrificio y Triunfo

Se ha hecho frecuente que con el tema del final de los tiempos se tiendan a simplificar los eventos que conforman este breve, convulsivo y atípico periodo de la Historia, donde las fuerzas del bien y del mal chocarán con todo su poder. Hay quienes lo reducen, apoyados mayormente en las revelaciones privadas, al Gran Aviso de Dios,[87] a la llamada Tercera Guerra Mundial, a los días de tinieblas, al Anticristo o a la marca de la Bestia, y todo esto es una pobre visión de lo que es el contexto global de los años que están por venir, donde no sólo habrá señales causadas por el hombre, sino también por el mismo demonio, pero de igual modo otros sucesos que tienen su origen en el mundo sobrenatural.


Pecado, Justicia y Misericordia

San Juan Pablo II, a propósito de las catástrofes y calamidades que existen en el mundo, indica con meridiana claridad cuál es la causa de ellas:

“…todas las calamidades del mundo: el aborto, la falta de libertad para vivir la fe, las discriminaciones, la violencia y el terrorismo; la represión, las armas atómicas, la pobreza de pueblos enteros, las injusticias, las diferencias enormes entre ricos y pobres, etc., por muy impresionantes que a primera vista puedan aparecer tales laceraciones, sólo observando en profundidad se logra individuar la raíz: ésta se halla en una herida en lo más íntimo del hombre. Nosotros, a la luz de la fe, la llamamos pecado, comenzando por el pecado original que cada uno lleva desde su nacimiento como una herencia recibida de sus progenitores, hasta el pecado que cada uno comete, abusando de su propia libertad” (Reconciliación y Penitencia, 2).

Ante los magnos y terribles eventos que están por suceder, son muchos los hombres que se cuestionan sobre la Misericordia de Dios, pues no entienden cómo es posible que pueda Él castigar a tan gran escala siendo, como en realidad lo es, un Ser lleno de profundo amor, y no solamente eso, sino el Amor y la Bondad misma. Sin embargo, la Justicia y la Misericordia de Dios son un mismo y solo atributo. Dios es infinitamente Justo por su Misericordia; a su vez, es infinitamente Misericordioso por su Justicia. Debemos tener presente que el pecado original trajo la acción de la Misericordia y de la Justicia de Dios. En efecto, el pecado de Adán y Eva hizo que la infinita Misericordia de Dios se manifestara a través de Su Justicia cuando determinó que su Hijo unigénito, siendo inocente, asumiera el rigor de Su Justicia, sin eximirle el padecer y morir en la cruz por todos nosotros. Del mismo modo, movido por Su infinita Misericordia y Amor a los hombres, la Justicia de Dios se hará presente para que un mayor número de almas se pueda salvar con motivo de este Juicio que Dios desencadenará. De tal forma que Su Justicia y Su Misericordia resultan ser un mismo y solo atributo divino visto desde ángulos diversos, siempre con el propósito de que todos los hombres se salven y lleguen finalmente al conocimiento de la verdad.

Queda pues clara la relación estrecha entre pecado y castigo y de un Dios que juzga y salva; pues el castigo no es otra cosa que una sanción medicinal que busca restablecer el camino recto. Para unos será un callejón sin salida y su condenación eterna; para otros, la invitación para volver a Dios. Y está claro que cuando Dios juzga y castiga no anda con medias tintas: Adán y Eva, expulsados del paraíso; Caín expulsado de la tierra fértil; el Diluvio Universal, la Torre de Babel y la confusión de lenguas; Sodoma y Gomorra. Y vemos también cómo el pueblo de Israel pasó duros castigos: la esclavitud en Egipto; las epidemias, guerras, invasiones, dos deportaciones a Siria, tres deportaciones babilónicas, ocupación griega, ocupación romana, etc. Y hoy como nunca la humanidad se ha apartado de Dios y los pecados de los hombres claman al Cielo.


La Naturaleza se Rebelará

Es por ello que Pablo enseña claramente que igual que el hombre, la naturaleza está caída”. Es decir, no está en su debido ser, sino en una situación de violencia, digamos que en situación “antinatural”. No es la “natura” en su estado primero, sino la “natura laesa”; natura herida, es decir, “naturaleza”. A ella también le alcanzó la maldición del pecado original del hombre que debía de haber sido su amo.

Esta realidad de la “creación entera”, afectada penosamente por el pecado del hombre, es la que denuncia San Pablo al decir: “…sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto” (Rom VIII, 18-22). Y así se encuentra hasta ahora, y se ha deteriorado más y más. De ahí que estemos ante la amenaza de los dolores de parto.

Santa Hildegarda de Bingen[91] en su Liber Vitae Meritorum afirma que todos estos males no son sino la rebelión de las criaturas contra el desorden que le ha impuesto el hombre:

Y oí una gran voz que surgía de los elementos del mundo y que decía al Hijo del Hombre: no podemos cumplir nuestro curso y finalizar nuestra jornada como nos fue prescrito por nuestro Maestro, porque los hombres, con sus malvadas acciones, nos han trastornado como lo haría un molino. Por eso apestamos con fetidez y hambre de toda justicia.

Los elementos de la naturaleza profieren sus quejas a su Creador con tremendos clamores, pero no lo hacen al modo humano, sino que significan de alguna manera sus angustias cuando, atrapados y enredados por los pecados de los hombres, con movimientos extraños y cursos alterados sobrepasan la justa medida que recibieron de su Creador. Allí muestran que no pueden recorrer sus caminos y cumplir sus oficios como Dios les ha ordenado porque las iniquidades de los hombres los han trastornado…

Trastornados, alterados, e inútiles, no pueden los elementos –fuego, tierra, viento y agua– tributar la alabanza y obediencia a su Creador y Divino Ordenador. No pueden hacerlo porque el hombre, desobedeciendo la ley natural, violenta el orden natural y desnaturaliza la naturaleza. El mundo natural, en trastornado desorden, se vuelve entonces instrumento vengador de la Justicia Divina, porque toda la creación sufre cuando el hombre transgrede el orden de la ley natural e ignora a su Creador” (3, I p. 24).

El texto anterior es suficientemente claro y fundamenta teológicamente por qué el pecado de los hombres ha afectado los elementos de la naturaleza y ésta ha sido violentada y desordenada, hecho que causará que los mismos elementos – fuego, tierra, aire y agua – se conviertan en instrumento de la Justicia Divina.


Oídos sordos y Ojos ciegos

Las apariciones y revelaciones marianas han caído y siguen cayendo en oídos sordos. Nos encontramos en la segunda década del siglo XXI, de las bofetadas y salivazos que caen sin misericordia sobre el crucificado. Las lágrimas de María, desde La Salette en 1846 hasta nuestros días, han estado tan perfectamente escondidas que la humanidad las ignora. Por eso la espantosa cólera de Su Hijo amado no es sospechada ni siquiera por los que consagran diariamente Su Cuerpo y Su Sangre. Y el mundo sigue su “feliz” y alucinante trayectoria. Sin embargo, como ya hemos dicho, múltiples y unánimes profecías afirman que nuestra época es la designada para la saciedad de Dios. ¡Esta es la gran realidad y la profunda verdad que ha estado oculta y a la que tendrán que dar cuentas a Dios quienes resulten responsables de tan trágica omisión!

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[87] Un acontecimiento cósmico que impactará a todo el mundo y a toda la humanidad. Asociado a una luminosidad desconocida simultánea en toda la tierra, que se verá en el firmamento, acompañada de un gran estruendo y fuego ardiente. A través de esta Luz, internamente, veremos nuestra conciencia ante la Justicia de Dios: lo que hemos hecho mal y lo que hemos dejado de hacer. En una palabra, una especie de Juicio Particular en vida. Será una recapitulación de nuestros pecados y que será experimentado tanto por creyentes como por no creyentes y por personas de todas las religiones. Por la misma naturaleza del evento no se producirá ninguna muerte directa a consecuencia del Aviso, a menos que sea de la impresión, del shock, tanto por el acontecimiento cósmico, como por “ver” el estado de  nuestra alma tal y como Dios la ve. Numerosas apariciones y videntes han hablado de este evento: Garabandal, Umbe y Escorial, España; Santa Faustina Kowalska, Vassula; Beata Ana Maria Taigi; Dozulé, Francia.; Heede, Alemania; entre otros.

[91] Santa Hildegarda nació en 1098 en Bermersheim, cerca de Maguncia, Alemania. Fue abadesa, líder monacal, mística, profeta, médico, compositora y escritora alemana. A los 6 años comenzó a tener visiones que siguieron durante el resto de su vida. Pero no fue hasta que cumplió los 40 años, que Hildegarda recibió una “orden espiritual” para que publicara sus visiones y así compartirlas con todo el mundo. Su obra más conocida titulada “Scrivias (Conoce el Camino)”, es un registro de sus 26 visiones y que tardó en escribir 10 años. Al igual que muchos otros profetas, Hildegarda predijo la decadencia de la Iglesia y el ascenso del Anticristo, explicado con todo detalle.

Fuente: http://www.apocalipsismariano.com/index.php/articulos/signos-de-los-tiempos/492-libro-tu-eres-pedro 

Escritos de Luis Eduardo López Padilla publicados en este blog:
https://aparicionesdejesusymaria.wordpress.com/tag/luis-eduardo-lopez-padilla/

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