1º de Mayo: Comienza la Consagración a la Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad para culminar el 31 de Mayo.

De los Escritos de Luisa Picarreta:
«La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad.»

I. M. I.

¡FIAT!

Llamado Materno de la Reina del Cielo.

Hija queridísima, siento la irresistible necesidad de descender del Cielo para hacerte mis visitas maternas, si tú me aseguras tu amor filial y tu fidelidad, yo permaneceré siempre contigo en tu alma para hacerte de Maestra, Modelo, Ejemplo y Madre tiernísima.

Yo vengo para invitarte a entrar en el Reino de tu Mamá, en el Reino de la Divina Voluntad y llamo a la puerta de tu corazón para que tú me abras. ¿Sabes? Con mis mismas manos te traigo en Don este libro, te lo ofrezco con premura materna, para que tú, a tu vez, leyéndolo, aprendas a vivir de Cielo y no más de tierra. Este Libro es de Oro, hija mía, él formará tu fortuna espiritual, tu felicidad incluso terrena. En él encontrarás la fuente de todos los bienes:

si eres débil, adquirirás la fuerza;
si eres tentada, adquirirás la victoria;
si has caído en la culpa, encontrarás la mano piadosa y potente que te levantará;
si te sientes afligida, encontrarás el consuelo;
si estás fría, el medio seguro para enfervorizarte;
si hambrienta, gustarás el Alimento exquisito de la Divina Voluntad.

Con él no te faltará nada, no estarás más sola, porque tu Mamá te hará dulce compañía y con todo su cuidado materno tomará la tarea de hacerte feliz. Yo, la Emperatriz celestial, pensaré en todas tus necesidades con tal que aceptes vivir unida a mí.

¡Si tú conocieras mis ansias, mis suspiros ardientes, e incluso las Lágrimas que derramo por mis hijos! ¡Si tú supieras cómo ardo por el deseo de que tú escuches mis Lecciones todas de Cielo y aprendas a vivir de Voluntad Divina! En este Libro tú verás maravillas, encontrarás una Mamá que te ama de tal manera, de sacrificar a su amado Hijo por ti, para poderte hacer vivir de la misma vida de la cual ella vivió en la tierra.

¡Ah! no me des este dolor, no me rechaces, acepta este Don de Cielo que te traigo, acoge mi visita, mis lecciones. Debes saber que yo recorreré todo el mundo, iré a cada individuo, en todas las familias, en las comunidades religiosas, en cada nación, junto a todos los pueblos, y si es necesario giraré por siglos enteros hasta que haya formado como Reina mi pueblo, como Madre mis hijos, los cuales conozcan y hagan reinar dondequiera la Divina Voluntad.

Aquí tienes expuesto el propósito de este Libro, aquellos que lo acojan con amor serán los primeros hijos afortunados que pertenecerán al Reino del Fiat Divino, y yo, con caracteres de oro escribiré sus nombres en mi materno Corazón.

Mira hija mía, aquél mismo Amor infinito de Dios que en la Redención quiso servirse de mí para hacer descender el Verbo Eterno sobre la tierra, me llama ahora otra vez a actuar, y me confía el arduo trabajo, el sublime mandato de formar sobre la tierra a los hijos del Reino de Su Divina Voluntad. Maternalmente presurosa me pongo a la obra y te preparo el camino que te deberá conducir a este feliz Reino. Para tal propósito te daré sublimes y celestiales lecciones, te enseñaré nuevas y especiales oraciones mediante las cuales empeñarás al Cielo, al sol, a la Creación, a mi misma vida y la de mi Hijo, a todos los actos de los Santos, a fin de que, a nombre tuyo, ellos pidan el Reino adorable del Querer Divino. Estas plegarias son las más potentes, porque comprometen al mismo Obrar Divino. Por medio de ellas Dios se sentirá desarmado y vencido por la criatura; fuerte por esta ayuda, tú acelerarás la Venida de Su Reino felicísimo y conmigo obtendrás que la Divina Voluntad se haga como en el Cielo así en la tierra, según el deseo del Maestro Divino.

Ánimo hija mía, conténtame y yo te bendeciré.

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Oración a la Reina del Cielo para cada día del mes de Mayo.

Reina Inmaculada, celestial Madre mía, vengo sobre tus rodillas maternas para abandonarme como tu querida hija en tus brazos, para pedirte con los suspiros más ardientes en este mes consagrado a ti, la gracia más grande: “Que me admitas a vivir en el Reino de la Divina Voluntad.”

Mamá santa, tú que eres la Reina de este Reino, admíteme como hija tuya a vivir en él, a fin de que no esté más desierto sino poblado de tus hijos. Por eso soberana Reina, a ti me confío, a fin de que guíes mis pasos en el Reino del Querer Divino, y estrechada a tu mano materna guiarás todo mi ser para que haga vida perenne en la Divina Voluntad. Tú me harás de Mamá, y como a mi Mamá te entrego mi voluntad, para que me la cambies por la Divina Voluntad y así pueda estar segura de no salir de Su Reino. Por eso te ruego que me ilumines para hacerme comprender qué significa Voluntad de Dios.

Ave María

Florecita del mes: En la mañana, al medio día y en la tarde, es decir, tres veces al día, iré sobre las rodillas de nuestra Mamá celestial a decirle: “Mamá mía, te amo, y tú ámame y dale un sorbo de Voluntad de Dios a mi alma, y dame tu bendición para que pueda hacer todas mis acciones bajo tu mirada materna.

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1° día

El primer paso de la Divina Voluntad en la Inmaculada
Concepción de la Mamá celestial.

El alma a su Inmaculada Reina:

Heme aquí, oh Mamá dulcísima, postrada ante ti, hoy es el primer día del mes de mayo, consagrado a ti, en el cual todos tus hijos quieren ofrecerte sus florecitas para demostrarte su amor y para comprometer a tu amor a amarlos, y yo te veo como descender de la Patria Celestial cortejada por legiones angélicas para recibir las bellas rosas, las humildes violetas, los castos lirios de tus hijos, y corresponderlos con tus sonrisas de amor, con tus gracias y bendiciones, y estrechándote al seno materno los dones de tus hijos, te los lleves al Cielo para conservarlos como prenda y corona para el punto de su muerte. Mamá celestial, en medio a tantos, yo que soy la más pequeña, la más necesitada de tus hijos, quiero venir hasta tu seno materno para llevarte no flores y rosas, sino un sol cada día. Pero la Mamá debe ayudar a la hija dándome tus Lecciones de Cielo, para enseñarme cómo formar estos Soles Divinos, para darte el homenaje más bello y el amor más puro. Mamá querida, tú has entendido qué cosa quiere tu hija, quiero ser enseñada por ti a vivir de Voluntad Divina, y yo transformando mis actos y toda yo misma en la Divina Voluntad, de acuerdo a tus enseñanzas, cada día te llevaré a tu seno materno todos mis actos cambiados en Soles.

Lección de la Reina del Cielo:

Hija bendita, tu oración ha herido mi materno Corazón, y llamándome del Cielo estoy ya junto a mi hija para darte mis Lecciones todas de Cielo. Mírame, hija querida, miríadas de ángeles me circundan y reverentes están todos a la expectativa para oírme hablar de aquel Fiat Divino, del cual poseo más que todos, Su Fuente, conozco Sus admirables Secretos, Sus Alegrías infinitas, Su Felicidad indescriptible y Su Valor incalculable. Oír que mi hija me llama porque quiere mis Lecciones sobre la Divina Voluntad, es para mí la fiesta más grande, la alegría más pura, y si tú escuchas mis Lecciones yo me sentiré afortunada de ser tu Mamá. ¡Oh, cómo suspiro por tener una hija que quiera vivir toda de Voluntad Divina! Dime, oh hija, ¿me contentarás? ¿Me darás tu corazón, tu voluntad, toda tú misma en mis manos maternas a fin de que te prepare, te disponga, te fortifique, te vacíe de todo, de modo que pueda llenarte toda de Luz de Divina Voluntad y forme en ti Su Vida Divina? Por eso apoya tu cabeza sobre el Corazón de tu Mamá celestial, y sé atenta a escucharme para que mis sublimes Lecciones te hagan decidir a no hacer jamás tu voluntad, sino siempre la de Dios.

Hija mía, escúchame, es mi Corazón materno que te ama tanto y que quiere volcarse sobre ti; debes saber que te tengo aquí escrita en mi Corazón, el cual te ama como verdadera hija, pero siento un dolor porque no te veo igual a tu Mamá, ¿pero sabes quién nos vuelve diferentes? ¡Ah!, es tu voluntad la que te quita la frescura de la Gracia, la belleza que enamora a tu Creador, la fuerza que todo vence y soporta, el amor que todo consume; en suma, no es la voluntad que anima a tu Mamá celestial. Tú debes saber que yo conocí mi voluntad humana sólo para tenerla sacrificada en homenaje a mi Creador, mi vida fue toda de Voluntad Divina, desde el primer instante de mi Concepción fui plasmada, enfervorizada y puesta en Su Luz, la cual purificó con Su Potencia mi germen humano y quedé Concebida sin mancha original, por eso, si mi Concepción fue sin mancha y tan gloriosa de formar el honor de la Familia Divina, fue sólo el Fiat Omnipotente que se volcó sobre mi germen, y Pura y Santa quedé Concebida. Así que, si el Querer Divino no se hubiera vertido sobre mi germen, más que una tierna Madre para impedir los efectos del pecado original, habría encontrado la triste suerte de las otras criaturas, de ser concebida con el pecado original, por eso la causa primaria fue la Divina Voluntad, a Ella sea el honor, la gloria, el agradecimiento de ser toda Concebida sin mancha de origen.

Ahora, hija de mi Corazón, escucha a tu Mamá, haz a un lado tu voluntad humana, conténtate de morir antes que concederle un acto de vida; tu Mamá celestial estaría contenta de morir miles y miles de veces antes que hacer un solo acto de mi voluntad, ¿no quieres tú entonces imitarme? ¡Ah!, si tú la tuvieras sacrificada en honor de tu Creador, el Querer Divino hará el primer paso en tu alma y te sentirás rodeada de un aura celestial, purificada y enfervorizada, de modo de sentirte aniquilar los gérmenes de tus pasiones, y te sentirías puesta en los primeros pasos del Reino de la Divina Voluntad; por eso sé atenta, si eres fiel en escucharme yo te guiaré, te llevaré de la mano por los caminos interminables del Fiat Divino, te tendré defendida bajo mi Manto azul y serás mi honor, mi gloria, y nuestra victoria.

El alma:

Virgen Inmaculada, ponme en tus rodillas maternas y hazme de Mamá, con tus santas manos posesiónate de mi voluntad, purifícala, fórjala, inflámala con el toque de tus dedos Maternos, enséñame a vivir únicamente de Voluntad Divina.

Florecita: Hoy para honrarme, desde la mañana y en todas tus acciones pondrás tu voluntad en mis manos diciéndome: “Mamá mía, ofrece tú misma el sacrificio de mi voluntad a mi Creador.”

Jaculatoria: Mamá mía, encierra la Divina Voluntad en mi alma para que tome su primer lugar, y forme Su Trono y Su Morada.

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Sigue Día 2


Fuente:
Luisa Picarreta, La Reuna del Cielo.
Luisa Picarreta, Libro de Oraciones en la Divina Voluntad.

Oraciones Para la Semana, por Luisa Picarreta:
https://aparicionesdejesusymaria.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/02/oraciones-para-la-semana-1.pdf

Todos los Mensajes de Luisa Picarreta publicados en este blog:
https://aparicionesdejesusymaria.wordpress.com/tag/luisa-picarreta/


 

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